Embajador de China en RD dice Venezuela debe resolver asuntos electorales; afirma su país no interfiere en esos asuntos internos

Santo Domingo. – El embajador de la República Popular China en República Dominicana, Chen Luning, se refirió hoy a la situación política y electoral de Venezuela, y dijo de que su país aplica una diplomacia de paz y no interfiere en los asuntos internos de otras naciones.

«En el caso de Venezuela ha llamado mucha atención cuando es un caso que también influyó a la tranquilidad, a la situación del país, también de la región. Entonces, China es un país que siempre apunta a la diplomacia y a la paz, y no intervine en los asuntos externos de otros países», sostuvo Luning.

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Por otro lado, al ser cuestionado sobre su parecer en que se presenten las actas de votación como ha querido la oposición, quienes consideran que las elecciones del mencionado país fueron un fraude, dijo que si existe alguna situación irregular, deben resolverlo entre los venezolanos.

«Bueno, es un caso que está en estudio y, por el asunto interno, si hay un problema, si hay un cuestionamiento, todo esto debe ser resultado por el pueblo, por los venezolanos», comentó el embajador.

Las declaraciones de Chen Luning fueron ofrecidas al ser abordado por la prensa en la Catedral Metropolitana Santa María de la Encarnación Primada de América, quien era uno de los invitados de la misa de acción de gracias por el 135 aniversario del periódico nacional, Listín Diario.

El embajador de China en la República Dominicana ha declarado que Venezuela debe resolver sus asuntos electorales internamente, enfatizando que China no interviene en estos asuntos. Esta declaración subraya la posición de China de respetar la soberanía y la autonomía de los países en sus procesos políticos y electorales.

China ha adoptado una postura de no intervención en los asuntos internos de otros países, a pesar de las preocupaciones internacionales sobre la transparencia y la legitimidad de las elecciones en Venezuela. La declaración del embajador también refleja una política de respeto hacia la autodeterminación de los países en la región y un enfoque en mantener relaciones diplomáticas sin injerencias.